Construcción Industrializada: ¿Qué es, y qué ventajas tiene?
La construcción industrializada, aunque aún en desarrollo en España, es un sistema constructivo que poco a poco va a imponiéndose en los países más avanzados gracias a las grandes ventajas que aporta, tanto para el cliente final como para las empresas de construcción. Y es que la construcción industrial es una innovadora modalidad de edificación que está trayendo toda una revolución al sector inmobiliario, en el que poco a poco se imponen también los préstamos de capital privado para promotores.
Y es que son muchas las innovaciones tecnológicas que se están introduciendo en el sector de la construcción, que a pesar de la crisis económica goza de buena salud en España, pero que debe cumplir con una serie de normativas cada vez más exigentes no sólo en cuanto a la calidad de los materiales, sino también en lo que se refiere a sostenibilidad medioambiental.
Precisamente los sistemas de construcción industrializados aportan una serie de beneficios que los hacen muy competitivos frente a los métodos de construcción tradicionales, ahorrando en costes tanto para el constructor como para el cliente final y logrando un menor impacto ambiental. Pero, ¿en qué consisten exactamente los métodos de construcción industrializados? ¿Cuáles son sus ventajas frente a otros sistemas? ¿Qué posibilidades ofrecen? ¿Estamos ante el futuro de la construcción? Veámoslo a continuación.
¿Qué es la construcción industrial?
La construcción industrial, denominada en inglés Building Assembly Manufacturing, es un procedimiento de construcción offsite: es decir, los elementos destinados a la edificación no se construyen in situ en el lugar de la obra, sino que se crean, -normalmente en serie- en fábrica y luego son transportados hasta el lugar de edificación para ser ensamblados.
Esta fabricación fuera de obra de los elementos -ya sean módulos enteros del edificio, como un baño, o partes concretas, como una pared- supone una diferencia fundamental respecto a la construcción tradicional, donde todo se crea a pie de obra. Se trata de un sistema en el que se plantea la construcción como un todo que incluye desde el diseño hasta la producción, y en el que se busca construir fuera de obra el mayor número de elementos, de forma que su ensamblaje en su emplazamiento final requiera el menor tiempo posible.

¿Necesitas financiación privada para llevar a cabo una promoción inmobiliaria?
¿Cuáles son las ventajas de la construcción industrializada?
Las características antes mencionadas hacen de la edificación industrializada un sistema de construcción con múltiples ventajas frente a la obra “tradicional”; no sólo es más rápido de instalar in situ una vez listos todos los elementos constructivos, sino que resulta más seguro al trabajar los operarios -que además cuentan con una mayor especialización- bajo condiciones más controladas, en un taller donde es más fácil velar por que se cumplan las medidas de seguridad y donde los trabajadores no están a expensas de la climatología.
Todo esto hace de la construcción industrial un sistema más controlado donde además los elementos a menudo se fabrican en serie -por ejemplo, para construir un complejo residencial, o para crear varios elementos para un mismo “modelo” de edificio- lo que permite automatizar procesos y tener un mayor control de los costes y los tiempos, así como del factor error humano..
Otro beneficio de este sistema de obra es que es más sostenible medioambientalmente al reducirse el consumo de recursos como agua y energía; la generación de residuos es menor, y como además casi todo el proceso se realiza en un taller controlado, la gestión de los residuos generados es más fácil y está más controlada.
Precisamente una de las características del método constructivo industrializado es que para unir los elementos no se usan conglomerantes hidráulicos (los que se endurecen en contacto con el agua, como el cemento), sino que al contrario que en la construcción tradicional se prima la construcción en seco. Esto ofrece otras ventajas adicionales al realizar la obra:
- Tiempos de ejecución de obra entre un 50% y un 70% más cortos
- 50% menos de personal necesario para la instalación
- Menor consumo de agua y energía
- Es un sistema más sencillo que consume menos recursos
- Menor generación de residuos, y eliminación más sencilla de los creados
- Mantenimiento y reparaciones más fáciles: sólo hay que desmontar un elemento y colocar otro
¿Por qué apostar por la vivienda industrializada?
Dentro del sector de la construcción industrial, existe una apuesta fuerte en muchos países por la construcción industrializada de viviendas debido a que tienen habitualmente un menor coste y a que ofrecen menores tiempos de ejecución; además, son más sostenibles medioambientalmente, y cuentan con una mayor precisión y calidad en los acabados al ser ejecutadas por personal especializado.
Hay que tener en cuenta que una vivienda puede estar industrializada total o parcialmente, dependiendo de si la construcción ha sido industrializada -llevada a cabo en fábrica- en su conjunto, o sólo para la creación de elementos concretos (cocinas, baños, tejados, etc). Sea como fuere, en todos los casos las viviendas industrializadas disfrutan de importantes ventajas que cada vez más empresas promotoras y de construcción tienen en cuenta:
- Diseño y planificación más controlados y adaptados a cada cliente
- Mayor control de todo el proyecto
- Reducción de errores de construcción
- Duración menor de la obra
- Menor necesidad de personal, que está más formado y es más eficaz
- Menor tiempo de ejecución
- Ahorro en costes de mano de obra, materiales, gestión, etc.
- Menor generación de residuos

Es importante subrayar que al ejecutar este tipo de construcciones, los riesgos se reducen notablemente debido a que es más fácil realizar una trazabilidad completa de todo el proceso productivo, controlando la calidad y la eficacia y aplicando métodos de gestión más eficientes allí donde se produzcan fallos, para reducir los tiempos de ejecución y mejorar la rentabilidad.
Todo esto se traduce en una calidad más alta de los elementos creados, muy por encima de la que se consigue con una construcción in situ en la obra tradicional, lo que resulta en un mejor servicio al cliente final, al que se le ofrece un producto mejor pero ejecutado en menos tiempo y con el aliciente de una mayor eficiencia energética y sostenibilidad medioambiental, logrando reducciones de las emisiones de CO2 de hasta un 60% respecto a los métodos tradicionales.
¿Es la edificación industrial el futuro?
No cabe duda de que los sistemas de edificación industrializados han marcado un antes y un después en un sector habitualmente conservador y poco favorable a los cambios, pero que poco a poco va cediendo ante las múltiples ventajas de un método constructivo que permite crear edificios de altas prestaciones, seguros, más eficientes energéticamente y más sostenibles, y con menores tiempos de ejecución y menos molestias para el cliente.
Todas estas características de la construcción industrializada resultan en un gran número de beneficios para todos los agentes implicados en el proceso, desde la empresa promotora que lleva a cabo el proyecto hasta el cliente final, pasando por las propias entidades crediticias que financian la operación. Y es que la industrialización de la construcción logra aumentar la productividad y la eficacia incorporando las últimas innovaciones al sector.
Siendo así, no sorprende que en países de nuestro entorno como Reino Unido los procesos de construcción industrializada representen ya un 7% del total de los proyectos de construcción ejecutados, alcanzando el 9% en Alemania y llegando incluso hasta el 50% en Holanda. Entonces, ¿por qué en España el porcentaje de edificios construidos mediante métodos industrializados no llega al 1%?
Hay varios factores que podrían explicar esta situación en nuestro país, como la poca experiencia en este tipo de proyectos constructivos, por lo que a menudo los bancos se muestran reacios a financiar operaciones de esta clase: de ahí que sean las plataformas de financiación privada, alternativas a la banca, las que apuesten por proyectos innovadores que usen métodos de construcción industrializados.
De hecho, ya hay en marcha varias iniciativas que están buscando dar la vuelta a esta situación en España -donde precisamente la construcción es uno de los motores de la economía– para fomentar este tipo de proyectos, que si bien tienen un mayor riesgo inicial respecto a la obra tradicional, se ven claramente compensados por la mayor calidad y los menores plazos que ofrecen.
Tanto las empresas promotoras como otros agentes que intervienen en el proceso de edificación, están buscando derribar los esquemas constructivos clásicos y apostar fuerte por la construcción industrializada: este podría ser el momento perfecto, dada la fuerza renovada del sector de la construcción y la cada vez más exigente normativa ambiental.
¿Buscas financiación privada para tu proyecto de construcción?
En STRONGHOLD queremos ayudarte